La palabra metamorfosis significa transformación. En la técnica metamórfica esto tiene lugar en el momento en que nuestra energía fluye en libertad. El masaje metamórfico hace que el individuo conecte, a nivel de conciencia, con los meses en los que ha permanecido en el seno materno. Además, le lleva a descubrir cuál es el propósito que tiene en la vida. Se le conoce por ello como el masaje de la transformación.
La técnica metamórfica considera que en el periodo de gestación se fijan las estructuras emocionales, físicas y mentales. La vida después del nacimiento tiene sus raíces en el período prenatal. Por ello es importante que las estructuras corporales sean liberadas.
Te hablamos de un tipo de terapia que se puede aplicar a personas de todas las edades, especialmente, en casos de depresión, ansiedad, estrés, en bebés, durante el embarazo o en enfermos terminales. En este último caso, los estaríamos ayudando a aceptar el tránsito que van a realizar y que se considera como el nacimiento de una realidad nueva.
En lo que respecta a los niños, estos son muy sensibles a esta clase de terapia, y mucho más evidentes sus efectos. En los casos de hiperactividad se ha podido comprobar la eficacia de este masaje. Es importante dejar que sean ellos mismos los que marquen las pautas en cuanto a la frecuencia y a la duración de esta práctica.
Gracias a esta técnica, las personas recuperan su fuerza vital, al tiempo que se eliminan los bloqueos. El efecto de un masaje metamórfico es placentero y produce una sensación de fluidez, plenitud y bienestar.
Se trata de una terapia única para llevar a cabo una transformación personal. Es accesible a todos y muy fácil de aprender y de que forme parte de nuestro día a día.
Duración de la sesión: 45 minutos.